Estos días estoy leyéndome el libro ese que veis a la izquierda de este texto (jope, como me complico), se trata de Homo Ludens de Johan Huizinga (estoy que me salgo... vamos).
Voy por la mitad, pero no he podido resistirme a comentar alguna cosa de del mismo.
Como un estudio que es ya estaba preparado a enfrentarme a una lectura difícil y llena de referencias, y lo es, bastante. Aún así mi afán de saber un poco más y subir de nivel (toma ya) me hace continuar.
Por de pronto, y a falta de terminarlo el señor Huizinga afirma que la cultura y su desarrollo en la humanidad parte en gran medida del juego, y que todo esta impregnado de ello. La verdad, no digo que el juego tenga su peso dentro de todo esto, pero su razonamiento llega a límites que personalmente me resulta difíciles de asumir. Comportamientos sociales, liturgias religiosas e incluso estamentos legislativos estarían dentro de esta esfera, todo es un inmenso juego. Todo esto obviamente extensamente razonado y explicado. Me hace recordar lo que Umberto Eco explica en El Pendulo de Foucault, que puestos a hacer relaciones numéricas puede salir cualquier cosa. Pues lo mismo con los juegos... no pretendo quitarle razón a tal insigne señor, pero por decirlo claro, para mí que se pasa un poco bastante.
De todas maneras yo recomendaría su lectura. (a ver si logro acabármelo antes de hartarme de tanto juego, agon y potlach)
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