01 enero 2008

Palastgeflüster. El Rey, la intriga y el turno maldito

Tenemos un dicho en Cataluña que dice: "Al pot petit hi ha la bona confitura" es decir: en el pote pequeño esta la buena confitura. Y dicho dicho (juas) podría muy bien aplicarse a los juegos de Adlung Spiele, simples juegos de cartas metidos dentro de cajitas de apenas 9x6 cm pero que en algunos casos puede dejar en jaque al más premiado.

Adlung Spiele tiene en su catálogo juegos tan conocidos como Verratër y Meuterer, al primero de ellos de Marcel-André Casasola Merkle le debemos la tan conocida y explotada mecánicas de roles que muchos eurogames actuales utilizan, entre ellos Puerto Rico. Y entre los más actuales de esta compañía tenemos Die Kutschfahrt zur Teufelsbug, del cual podéis leer una buena reseña en el blog de mi amigo y colega de bitácora Te Toca Jugar. Algunos de ellos, como he dicho, destacan por ser realmente buenos.

Con Palastglefüster (dioses, lo acabo de escribir de memoria) la han vuelto a liar, en este juego de Michael Rieneck (los Pilares de la Tierra, Cuba) para 3 a 5 jugadores, novedad en Essen 2007, sufrimos lo indecible para que no nos llegue el turno, o sea es preferible no jugar (sí, es cierto, la cosa es así), pero antes de explicaros el porqué os dejo con el suspense y paso a otra cosa...

El juego consiste en un mazo de cartas, divididas en dos tipos de cartas principales: las cartas de personajes, 49 en total (con siete tipos de personajes) y las cartas de Rey tan solo 6, el resto de cartas son los marcadores de puntos y una ayuda de juego para recordarnos que habilidad tiene cada personaje.

Suspense, intriga y dolor de barriga, el objetivo del juego
Tal como su propio nombre indica... mmm... bueno, sí, la traducción es Intrigas Palaciegas, el juego va de que en la corte, el mago, el sirviente, el mariscal todos, incluido el bufón intentan llevarse bien con el rey y la vez no verse perjudicados por las acciones del resto de la corte. O sea, que al final de la partida el que más puntos tenga gana, punto pelota....

¿Y como se ganan estos puntos? tenemos dos maneras: una difícil y otra casi imposible, ¿cual os explico primero? vayamos por la difícil: haciendo que otro jugador pierda esa mano, con lo que el resto de jugadores ganan un punto. La imposible es, de los siete tipos de personajes que hay: Bufón, Tesorero, Mago, Camarera, Sirviente, el Centinela y el Mariscal jugar delante nuestro seis y sin que se repita ni uno solo, de esta manera el punto es solo para nosotros. ¡Ah! por supuesto, sin por algún motivo juegas un personaje repetido delante tuyo pierdes la mano, lo que nos lleva a la manera difícil de ganar/perder.

Nuestros muy estimados cortesanos, a cual más lindo...

El turno maldito
Bien, os rescato del suspense con el cual os he dejado, no desearas que te llegue el turno. ¿Por qué? Primero el color de cada uno de los personajes nada tiene que ver con que los puedas jugar tu, solo indica que cada vez que se juegue un personaje de tu color en la mesa, y una vez se aplique obligatoriamente su habilidad, el turno pasará a ti, y eso es malo, muy malo. Más que nada porque de las seis cartas que se reparten la principio, esas seis jugarás, a no ser que te las ingenies para cambiarlas o robar alguna del mazo. El problema reside que con un poco de mala suerte tendrás seguro más de una repetida y eso es malo, muy malo. Como comprenderéis jugar carta es obligatorio. Por supuesto puedes jugar tu cartas de tu propio color, pero eso ya forma parte de tener una buena combinación de habilidades que te permita o bien jugar todos los personajes sin repetirlos o librarte de aquellos que te molestan a la vez que le pasas el turno a otro jugador. Para esto el Mago es especialmente útil. Para aligerarnos de todos esto también tenemos cartas sin color, que pasan el turno al jugador con menos personajes o si hay empate elegimos a quien, incluido nosotros mismos.

Y Respecto al Rey, el rey anula la habilidad de uno de los personajes, el mariscal con su habilidad es quien permite jugarlo de un mazo aparte de cartas. Caso aparte es el bufón, el bufón al rey no le hace maldita la gracia (debe ser un soberano con muy mala leche) ya que cuando se juega el rey que le tiene manía a ese personaje, aquel que lo juegue pierde esa mano inmediata y fulminantemente.

Jugando una partida, o sufriendola según se mire

Puñaladas traperas
Sí, el juego es una puñalada trapera constante, y si no mientras esperas que alguien te la juegue pasándote gracilmente el turno, estas con sudores fríos intentando ver de que manera te vas a librar de jugar las dos cartas de Sirvientes que tienes en la mano cuando ya tiene jugada una enfrente tuyo. A todo esto decir que las habilidades de los personajes están perfectamente medidas, como no podría ser de otra manera. Y dadas las circunstancias apropiadas puedes realizar autenticas maravillas impensables al primer momento. De esas que te llenan de orgullo y satisfacción. Lógicamente tanta presión tiene que salir de alguna manera y lo natural de este juego son una buenas carcajadas cuando le haces esas "putadita" a tu compañero de partida, que te ve venir y te teme.

Concluyendo, otro juego para llevar siempre encima metido en el bolsillo. Por supuesto, eso si te gusta... si no, pues no.

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